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Historias que me han encontrado.

Serie de cinco fotografías en b/n revelado en papel semimate. 

Fotografías y microrrelatos a partir de ellas.

Stories that have found me.

Series of five b / w photographs developed on semi-matte paper.

Photographs and micro-stories from them.

Todos los días, el viajero veía asombrado aquel gigantesco agujero excavado en la tierra, a través del que siempre aparecían luces en la oscuridad, seguidas de una serpiente articulada mecánica gigante. Veía también como entraba y salía de sus múltiples estómagos el alimento involuntariamente, como un sistema simbiótico, mitad mecánico, mitad humano. Y con una mezcla de miedo y fascinación, resolvió decididamente sumergirse a investigar el origen de aquella enorme y cableada garganta [...]

En memoria del viajero imprudente.

Habían pasado ya tres meses allí. Había sido todo un viaje: comenzó siendo un diente de león para luego perder su semilla y acabar unida a otras tantas pelusas debajo de un sofá. Sintió de repente una brisa de aire fresco. Movimiento. Alguien había por fin abierto la puerta.

Y la barrieron a la libertad de la calle.

Estaba allí, a su temprana edad, sumergido en sus pensamientos. 

¿Y si sumergiera la galleta en la taza medio llena, se mojaría a medias? ¿Cuánto durará ese capítulo en la tele? Así no hay quien piense en comer. Tengo hambre. Se me ha acabado la taza de leche y sigo aquí con mis galletas. Deberían fabricar tazas más grandes.

Juan, 8 años, merendando en su casa.

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Porque más allá de todo, había crecido mucho. Las ramas de su cabeza se entretejían en el bosque que le había dado vida, sus ojos, grandes, miraban con la curiosidad de un niño y su maravilloso pelaje sólo iba a juego con su magnifico porte.

Todo perfectamente madurado durante años para la simple acción de darse media vuelta a embestir el árbol más próximo.

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...Y entonces me acerqué a él. Estaba completamente convencida de que se había creado un vínculo casi mágico con sólo mirarle a los ojos, verle allí tan regio, expectante. Mirarle era adentrarme en un universo en el que sólo pareciéramos estar él y yo, una sincronización mística, dada por una predestinación sólo para encontrarnos.

Él solamente esperaba a que yo diera un paso más hacia adelante para empezar a ladrarme de forma histérica.

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